Por Wilder Buleje* 

Los trabajadores del desarticulado Comité Olímpico Peruano (COP) no soportaron más. Hasta mayo de este año sumaron cinco meses sin pasar por caja. Y ante esa penosa situación decidieron enviar cartas en las cuales demandan la solución de este tema en un plazo inminente.

Ahí figuran Juan Rudy Montero Quispe, jefe del área técnica; Blas Pérez Valentín, técnico cubano; Julio César Contreras Caillaux; Mercedes Huambachano Barraza; Ruth Nancy Salinas Medrano; Katherine Béjar Alanya; Juan De La Cruz Enciso; Teresa del Pilar Munayco Conde; Raúl Ernesto Kinosita Castillo; Renato Martín Zerpa Herrera, asuntos internacionales; Alexander Salazar Puyén, área de informática.

Hay algunos más que tomarán la misma medida en estos días. Es decir han entendido que formalizar el descontento es la única opción que les queda.

Las cartas están dirigidas a “Señores COP”. Y esa es otra de las pruebas de que la señora Maggie Martinelli, quien firma como secretaria general del COP, no tiene siquiera la conformidad de la masa laboral del COP, bien asesorados por abogados especialistas en la materia.

Quienes acompañan a la señora Martinelli en este drama olímpico –sin solución aparente en el corto plazo– son Jorge Távara Mariátegui (tesorero) y los accesitarios Marcello Cúneo, Fernando Caillaux, Carlos Lazarte Labarthe. 

Como se recuerda, el presidente y vicepresidente, José Carlos Quiñones y Víctor Puente Arnao, fueron sancionados por el Consejo Superior de Justicia Deportiva y tuvieron que alejarse de la conducción del COP.

También aparece el nombre de Iván Dibós, quien aseguró que se alejaría de los asuntos internos del COP, pero ha incumplido esa afirmación asistiendo a directorios espurios y tomando decisiones sobre materia electoral. Sin embargo, no ha asumido el mismo empeño para cancelar el pasivo laboral.

Como se recuerda, también renunciaron al COP la accesitaria Silvia Miró Quesada (2014), Luis Salazar Steiger (enero 2016), Cenaida Uribe (agosto 2016), Claudia Rivero Modenesi (octubre 2016), Francisco Boza Dibós (marzo de 2017) y Antonio Gómez (marzo 2017).

De acuerdo a los estatutos del COP, ante la renuncia de cuatro o más directivos debe convocarse una asamblea general que debe elegir una nueva junta directiva. Sin embargo, los actuales representantes de esa organización han hecho caso omiso a esa disposición estatutaria y han optado por una interpretación antojadiza.

ALGUNAS PRECISIONES

Entre los accesitarios figura Carlos Lazarte, quien también aparece como candidato para repetir como directivo del COP en la lista de Pedro del Rosario. Sin embargo, su intrascendencia en este asunto puntual de los impagos laborales y en su falta de iniciativa para buscar una solución lo dejan en pésima posición.

Si los trabajadores del COP tuviesen voz y voto en las elecciones programadas para el próximo 28 de este mes, de seguro que no votarían por Lazarte y tampoco por el cabeza de lista que tuvo la brillante idea de incorporarlo a su proyecto. En fin. De esa madera está hecha nuestra ‘dirigencia deportiva’.

MINISTRO COMPLACIENTE

El casi invisible ministro de Trabajo, Alfonso Grados Carraro, tiene que estar satisfecho con esta situación de los trabajadores del COP, pues prueba su afirmación de que con un sueldo mínimo de 850 soles mensuales un trabajador puede vivir en el Perú.

Los antecedentes apuntan a que la lógica de Grados Carraro quizá funcione así: Los trabajadores del COP pueden sobrevivir cinco meses sin cobrar, entonces los sueldos que recibieron antes de que se genere esa situación estaban muy elevados, tanto que les ha permitido pasar casi medio año sin quejarse.

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*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com