Cada vez que un deportista obtiene un título internacional desde la presidencia de la República y desde el Congreso se pelean por una foto con el ganador. Los políticos reconocen la trascendencia de los triunfos deportivos, pero apoyan con timidez el desarrollo de la actividad física, tanto recreativa como competitiva.

Por eso resulta entusiasma que la congresista Leyla Chihuán haya presentado un Proyecto de Ley para mejorar la ubicación jerárquica del deporte en el organigrama de la administración pública: un Viceministerio del Deporte en vez del Instituto Peruano del Deporte (IPD).

Toda iniciativa legislativa es perfectible y hacia eso apuntan estas líneas. Primero, reconocer el esfuerzo de Leyla Chihuán de colocar el tema del deporte en la agenda parlamentaria. Segundo, abrir un debate que sea beneficioso para enriquecer una futura norma en este ámbito.

ESTÁ BIEN… PERO…

¿Un viceministerio mejora la jerarquía del deporte? Sí. Pero le quita independencia presupuestal, puesto que los recursos para el deporte estarán dentro de la asignación económica del ministerio al cual se incorpore. 

Solo a manera de ejemplo, si ese viceministerio estuviese en Educación, resulta previsible que los recursos sustanciales vayan hacia centros educativos, magisterio, estudiantes y… finalmente deporte. Dentro de la concepción de la tecnocracia en ese portafolio el deporte sería un asunto menor y sin trascendencia. Algo similar pasaría en cualquier otro ministerio.

Entonces, como ya la congresista Chihuán introdujo al deporte en esta discusión, solo queda el camino de subir aún más la jerarquía del deporte y sería con un ministerio propio. Queda abierta la discusión.

Entre 2002 y 2006, periodo de Alejandro Toledo, el jefe del IPD, en ese entonces Iván Dibós, tuvo rango de ministro. Sin embargo, a la hora de solicitar partidas adicionales –el presupuesto de apertura era ínfimo en relación a las cifras actuales– se estrellaba con la negativa del ministro de Economía y a veces del propio presidente de la República.

APOSTAR POR UN CÍRCULO VIRTUOSO

Después de 2006 se le quitó esa jerarquía de rango de ministro al presidente del IPD, pero se aumentó gradualmente el presupuesto. De alrededor de 100 millones de soles anuales de esa época se ha pasado a casi 300 millones de soles anuales en la actualidad.

Sin embargo, ayer como hoy, tres cuartas partes de ese monto se van a gasto corriente y solo una cuarta parte llega al deporte a través de las famosas subvenciones económicas hacia las federaciones, así como recursos de las direcciones nacionales de afiliados, recreación y capacitación.

Por lo tanto el Proyecto de Ley de Leyla Chihuán debe mejorar la jerarquía del deporte (hacia un Ministerio) y también incrementar sustancialmente el presupuesto de esta actividad hasta lograr que tres cuartas del presupuesto vayan a deportes y solo una cuarta parte sirva para gastos corrientes.

PLATA HAY… SOLO FALTA VOLUNTAD

Para quienes consideren excesivo el entusiasmo de la Ostra Olímpica en este tema, presentaré las últimas tres cifras asignadas al rubro CULTURA Y DEPORTES del Presupuesto General de la República.

Veamos. En 2017: 1,750 millones de soles. En 2018: 2,947 millones de soles. En 2019: 3,145 millones de soles. En estos dos últimos años gran parte esas cifras millonarias se destinaron para infraestructura de los Juegos Panamericanos Lima 2019.

El presupuesto para el deporte en 2020 tiene que incrementarse sí o sí, puesto que los costos de mantenimiento de la nueva infraestructura elevarán notoriamente los egresos del IPD o de la nueva estructura del deporte. En los primeros tres años representará el 3% anual del valor de la construcción y después subirá al 5% anual.

Si el presupuesto del futuro ministerio rondara los 1,000 millones de soles se lograría ese círculo virtuoso que de verdad relanzaría el deporte a nivel nacional. Los planes existen y hay profesionales capacitados para llevar adelante un cambio positivo que nos coloque en los próximos cuatro años entre los grandes de Sudamérica, tal como ha hecho Colombia en la última década.

Si este año se consigue la creación del ministerio y en 2020 hay una asignación presupuestaria sustancial, les aseguro que los resultados se verán en el próximo circuito olímpico que se inicia en 2021 con los Bolivarianos. Y esa fuerza proseguirá en Odesur 2022, Panamericanos 2023 y Juegos Olímpicos de París 2024.

Las fotos que se tomarán los congresistas y el presidente de la República con deportistas triunfadores serán más frecuentes y mejorarán de manera directa la imagen del país. También proyectarán en el plano internacional la capacidad de gestión de sus principales autoridades.

*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com