Las estremecedoras palabras de la karateca Andry Calderón en el programa “2018” de Canal N todavía resuenan en la memoria. Una víctima de acoso desde los 11 años de edad que solo recibió aplazamientos y excusas de quienes debieron protegerla. 

Esta es una historia infame. Revela ese desorden gigantesco en que se ha convertido el Instituto Peruano del Deporte (IPD) bajo la torpe administración de Óscar Fernández Cáceres. No solo eso, el ente rector del deporte no tiene rumbo y carece de líneas maestras de acción.

Los primeros días de octubre de 2017 las deportistas Andry Calderón, Alessandra Vindrola y Sandra Salazar ingresaron al despacho del jefe del IPD para narrar ese universo bizarro en que se había convertido la Federación Peruana de Karate durante una gestión que había durado cerca de treinta años.

Las chicas fueron acompañadas por la campeona mundial Alexandra Grande y las madres de cada de ellas. Fernández las recibió y en el grupo de la alta dirección estaban su inseparable amigo Giorgio Mautino, en ese momento encargado de la dirección de Deportes Afiliados, Carlos Zegarra (ahora titular de ese despacho) y otro funcionario más.

Salieron con expectativas. Les dijeron que envíen una carta formal para analizar las cosas. Andry tomó la iniciativa y escribió. La respuesta la dejó otra vez en ese mundo de desconcierto que ya conocía de sobra desde que cumplió 18 y fue consciente de que había sido víctima de acoso y otras agresiones contra su integridad física y psicológica.

Contestó Giorgio Mautino y esto fue lo que apuntó en un documento oficial del IPD el 3 de octubre de 2017: “… le comunicamos que procedemos a transmitir su solicitud al Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte, a efectos de tener presente su situación. Asimismo, cabe señalar que previamente a la resolución del CSJDHD no corresponde tomar acciones definitivas, sin embargo sugerimos comunicar su preocupación a su federación, a efectos que disponga medidas que le permitan entrenar cómodamente”.

Mautino firmó como encargado de la Dirección Nacional de Deportes Afiliados y listo, se acabó. Un trámite burocrático concluido y a la playita. Todo chévere. Mautino tiene también una hija deportista, ¿hubiese respondido de la misma manera si se hubiese tratado de ella?

¿ES O NO SANCIONADOR?

Para no personalizar este espinoso asunto solo debo recordar una reciente comunicación de Óscar Fernández sobre un caso ocurrido con algunos funcionarios y exfuncionarios del IPD. En la resolución de la presidencia del IPD N° 012-2018-IPD-P se enfatiza: “…esta presidencia en su condición de órgano sancionador”. (Ver siguiente link: IPD Oficio)

En fin, para que abundar en temas formales si los propios directivos del IPD desconocen su manual de funciones y carecen de sentido común a la hora de procesar los casos que se les presentan. Pues no se entiende de otra manera que tres deportistas hablen de acoso con las máximas autoridades de su sector y les respondan: “sugerimos comunicar a su federación, a efectos que disponga medidas que le permitan entrenar cómodamente”.

LARGA LISTA DE RESPONSABLES

Como bien lo ha mencionado la conductora del programa “2018” de Canal N, Mávila Huertas, el expresidente de la Federación de Karate, Pedro del Rosario debe esclarecer qué fue lo aconteció con estas chicas y por qué no tomaron drásticas medidas en su momento.

Llama la atención que en los previos a la participación del karate en los Juegos Bolivarianos, el presidente del grupo de trabajo de esa entidad, Henry Loveday, le pidió a Del Rosario, ahora titular del Comité Olímpico Peruano (COP), que separaran a Armando Pinillos Haro, quien ahora está sancionado por acoso contra Andry Calderón.

Del Rosario le comunicó a Loveday que Pinillos formaba parte de la comisión técnica de la Confederación Sudamericana de Karate (CSK), sin mencionar que el mismo Del Rosario era en ese momento vicepresidente de esa organización. ¿Por qué ayudó a Pinillos? Esa es la respuesta que se espera realice en algún momento.

En esa cadena de desaciertos interviene el presidente de la CSK, el ecuatoriano Julio Escudero. Este no solo avala a Pinillos Haro como integrante de la comisión técnica de esa entidad, sino también lo programa como árbitro en los Bolivarianos. No contento con eso, Escudero después desconoce al grupo de trabajo de Loveday, le envía un oficio al IPD y le pide a Óscar Fernández que él sea su único interlocutor en temas de karate (¿?).

Por último, como si ya todo lo anterior no fuera grave. Óscar Fernández ha decidido separar del grupo de trabajo de la FPK a Henry Loveday. Ese será el premio reservado por el jefe del IPD al dirigente que ayudó con tenacidad a esclarecer los hechos de acoso en el karate. Este es el Perú, el IPD está dentro de la esfera del Ministerio de Educación, y el ministro de Educación hasta ahora no dice nada. Quizá nunca diga nada.

*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com