Por Wilder Buleje*

El deporte peruano parece navegar en el mar de lo insólito. Cualquier cosa descabellada acontece con si fuese lo más normal del mundo. 

La noche del miércoles se reunieron el presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y la ministra de Educación, Marilú Martens por el tema del uso del Estadio Nacional por las eliminatorias al Mundial de Rusia 2018.

A esa misma hora el presidente del Instituto Peruano del Deporte (IPD), Óscar Fernández, estaba agarrando vuelo para el Mundial de Atletismo en Londres.

Fernández acompañado del sancionado titular del atletismo local, Gustavo Cárdenas Brou, no sentía pena por el maratonista Wily Canchanya a quien dejaron fuera de la delegación y ya no correría en la cita londinense.

Suena fatigoso, pero este sistema solo favorece a los dirigentes y relega al deportista. Esta es una prueba más de esa afirmación. Canchanya, quien ganó su clasificación en un torneo fue bajado del avión, al parecer para que Fernández pueda viajar.

OVIEDO CON LA PIERNA EN ALTO

El titular de la FPF le puso la pierna en el pecho a Óscar Fernández por el Estadio Nacional. Oviedo, como la mayoría de hinchas, sabe que la selección está más fuera que dentro del Mundial de Rusia 2018.

Por eso hizo cuestión de estado, y puso al fútbol en la agenda de asuntos gubernamentales. Tuvo la complicidad de la ministra Martens, quien le dio una hora y 20 minutos de su tiempo, en tanto miles de maestros insisten con una huelga radical.

Fernández, quien no sabe si es presidente del IPD o de la Federación de Atletismo, viajó al Mundial de Londres y se olvidó del concierto de Marc Anthony, así como de la importancia del partido entre Perú y Bolivia.

Total, en Lima se quedaba la ministra Martens y ella debería encargarse de la solución de ese problema. Imagino que esa debió ser la lógica de Fernández, un exatleta convertido en dirigente por arte de magia.

A Edwin Oviedo no le aseguraron el Nacional, pero igual quedó contento porque lanzó su campaña de reelección por todo lo alto. La verdad el chato ha crecido como dirigente y cuando eliminen a la selección tendrá a Fernández como chivo expiatorio.

El alquiler del Estadio Nacional genera un beneficio de aproximadamente 800 mil soles para el IPD. Es decir, es más rentable que alquilarlo para un espectáculo artístico, que solo deja un máximo de 300 mil soles.

Entre el IPD y la FPF había un acuerdo para alquilar el Nacional, siempre y cuando reservara 21 días para mantenimiento. El experto Carlos Benavides había dado su visto bueno a la administración que antecedió a Fernández.

En esta oportunidad solo habrá 18 días para el mantenimiento y ese ha sido el origen del problema que llegó hasta el despacho de la ministra Martens.

LONDRES MEJOR QUE LIMA

La golpiza mediática que Fernández recibió por el uso del Estadio Nacional no lo amedrentó a la hora de escoger como compañero de viaje al cuestionado titular de la FPA, Gustavo Cárdenas Brou, sobre quien pesa una amonestación que le debió impedir postular a la federación y al Comité Olímpico Peruano (COP).

Quien sufrió la peor parte de esta historia fue el maratonista Wily Canchanya. Al atleta le informaron que no formaba parte de la delegación que iba a competir en el Mundial de Londres.

En todos los boletines e informes previos su nombre aparecía como integrante de la representación peruana y se ponderaba sus virtudes deportivas, así como sus progresos en las marcas oficiales.

¿Qué pasó? Quizá el presidente del IPD pueda explicar las razones de esa movida. ¿Es probable que el puesto de Canchanya haya sido utilizado por Fernández para asistir a la cita deportiva? Eso ya ha ocurrido antes en otras disciplinas.

Si este fuera el caso habría que pedirle a la ministra Martens que convoque de urgencia a Óscar Fernández y lo haga retornar de una cita donde el IPD no tiene nada que hacer. ¿O acaso, la ministra Martens le ordenó a Fernández buscar contactos en la IAAF (Federación Internacional de Atletismo)?

La propia ministra Martens ha señalado que el deporte no le agrada y que preferiría que el IPD forme parte de otra cartera ministerial. Eso está bien, pero mientras siga en la esfera de Educación ella debe enfrentar estos asuntos. Y en este caso debería de poner mano dura.

UNA MÁS: LAS MOTOS

El trío Óscar Fernández (presidente IPD), Giorgio Mautino (asesor) y Jorge Canales (en ese entonces director de Deportes Afiliados) nombraron un Grupo de Trabajo para la Federación de Motociclismo (FDEPEM).

Como presidente ubicaron a Manuel Liendo Rázuri, quien no ha dado la talla para desempeñar el cargo. Hace poco la Federación Internacional de Motociclismo acaba de notificar a la FDEPEM de la suspensión de sus derechos ante esa organización por no pagar las cuotas de afiliación de dos años consecutivos.

¿Qué pasó? Nadie lo sabe, porque dinero no le ha faltado a la FDEPEM. Las subvenciones del IPD le han llegado de manera regular y abundante.

Ojalá el señor Liendo Rázuri tenga alguna explicación lógica y coherente. De por medio, nuevamente, están los deportistas que tendrán algunos inconvenientes para participar en competencias internacionales.

Mientras tanto el deporte peruano prosigue su rumbo por un mar incierto. Nadie conoce el destino. Hacia allá vamos.

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*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com